sábado, 16 de octubre de 2010

5. LUCAS

Parece que a Kevin le va bien. Lo primero son los besos, después viene lo mejor. Claro que las chicas siempre lo quieren todo lento y tal, así que el pobre no habrá tenido la oportunidad aún. En cambio yo... Puf, qué fiera la chica esta. A primera vista crees que es tonta, después se nota que ha practicado bastante, por no decir que no sabe hacer otra cosa.
Voy hacia la cocina, riéndome de mi propio chiste, cuando me encuentro con mi madre guardando la compra en la nevera. Me mira de arriba abajo antes de añadir:

-         Hijo, podrías ponerte camisetas de vez en cuando... Son esos trozos de tela que guardas en el armario, ¿sabes?
-         Pero mamá, fíjate en el pedazo de hombre que has creado, ¿de verdad crees que es justo no enseñárselo al resto del mundo? – Me río.
-         Ya... – Pone los ojos en blanco. – Creo que debería hablar contigo.
-         ¿Sobre qué? – Le pregunto cogiendo un cartón de leche y pegando un trago.
-         Lo primero es que no hagas más eso. – Me quita el cartón y añade – Cerdo.
-         Vale. – Cojo un vaso - ¿Mejor así?
-         Mucho mejor. – Sonríe, triunfante. – Lo segundo es... bueno... sobre sexo.
-         Está bien. – Dejo el vaso sobre la encimera y la miro, muy serio. - ¿Qué quieres saber? Yo te puedo dar truquitos y hay algunas posturas bastante buenas que... – Me río ante la cara de pasmada de mi madre.
-         A mí no me vaciles, niño. – Me advierte con el dedo – Estoy hablando en serio.
-         Y yo. – Vuelvo a reírme – Mamá, de verdad, creo que esta charla no es necesaria a estas alturas.
-         Lo sé. Ese es el problema, eres muy joven y ya tienes bastante “experiencia”... – Sonrío exageradamente, orgulloso – Al menos, utilizarás siempre protección, ¿no?
-         Claro, eso siempre. No quiero pillar nada raro y aún es pronto para que me sustituya un mini Lucas. – Hago una mueca – Relájate, mamá.
-         Me gustaría que a partir de ahora, si lo vas a hacer en casa, avisaras. Es muy incómodo llegar y encontrarte con este tipo de situaciones.
-         ¿Me estás hablando en serio? ¿Quieres que te envíe un mensaje o algo así? – No puede ser verdad, será una broma, ¿no?
-         No, tampoco es eso. Yo que sé, una señal como por ejemplo dejarte las llaves puestas por dentro, así sobre entiendo que es mejor no entrar.
-         Está bien, está bien. Lo haré. – Cojo un paquete de galletas - ¿Algo más?
-         No, supongo que no. Ya tienes la edad suficiente para saber lo que haces. Por cierto, ¿esa chica tan guapa es tu novia?
-         No, mamá.  Es un ligue, simplemente. – Y me marcho antes de que siga con el interrogatorio.
-         Menos mal, tenía una carita de pava... – Susurra, aunque puedo oírla.

Bueno, supongo que este tipo de charlas la tienen todos los adolescentes alguna vez en su vida. Aunque realmente yo no esperaba que fuera ahora. En fin...
Enciendo el ordenador y me conecto al messenger. A ver, ¿quién hay? ¡Tirirín! Ventanita naranja. Joder, no me ha dado tiempo ni a mirar. ¡Tirirín! Otra. Y otra más.

-         Tío, ¿qué haces?
-         Hola, Kevin. Nada, comiendo galletas y pasando de dos o tres chicas que no paran de saludarme.
-         Joder, tan solicitado como siempre. ;)
-         ¿Y tú qué?
-         Yo liado con un proyecto para... bueno, un trabajo.
-         ¿Qué trabajo?
-         Oye, ¿al final qué vas a hacer para tu cumpleaños, colega? – Cambia de tema repentinamente.
-         Ostia, es verdad, es este fin de semana. – Mierda, no me había acordado.
-         Claro. Vaya memoria que tienes, hijo. Te recuerdo que cumples 18, por si no te acordabas ni de eso.
-         Joder, es que ni lo he pensado. Bueno, haré un fiesta, evidentemente. Pero tengo que planearlo, ¿me ayudarás?
-         Sí, claro que sí. Pero con la condición de que yo elijo lo que hay para comer, ¿eh? – Me río recordando que el año pasado la eligió mi madre y fue un desastre.
-         Vale, vale, no hay problema en eso. ¿Dónde haremos la fiesta, tío? En mi casa no puedo, mi madre me lo prohibió después de la del año pasado.
-         Buf, la del año pasado fue brutal.
-         Este año será incluso mejor.
-         Legendaria.
-         Ahí le has dado, colega. Bueno, ¿cuánto tiempo tenemos para planearlo?
-         Tres días. Hoy es martes, así que... Tenemos que darnos prisa.
-         Está bien. Mira, yo me encargo del sitio, la bebida y las invitaciones; tú encárgate de la comida y la música. ¿Qué te parece?
-         Perfecto. Bueno, voy a empezar con la faena, mañana hablamos, ¿vale?
-         Venga. Hasta mañana, Kevin.

Cierro el messenger, sin ni siquiera hablar al resto de personas, ahora tengo bastante lío. ¿Dónde coño voy a encontrar un sitio para celebrar mi cumpleaños a estas alturas?

C.

2 comentarios: